Los tiempos pandémicos en México han acelerado, aparte del auge del comercio electrónico y el uso de métodos de pago más allá del efectivo, una adopción masiva de la educación en línea. Si somos flexible y un tanto amplio, incluso podemos considerar que buena parte de YouTube tiene un elemento didáctico o educativo.
Vayamos a algunos ejemplos:
- ¿Aprender cómo prender tu boiler nuevo? Eso, amigos, es un micro curso.
- ¿Aprender cómo cepillar correctamente a tu gato con ese nuevo cepillo de Amazon? Compañero, estás siendo educado en línea.
- ¿Esos tutoriales sobre cómo maquillarse? Yuya está siendo tu maestra.
Por eso, se dice que la educación en línea es la categoría informal de mayor crecimiento dentro de YouTube. Porque todos tenemos algo que enseñar, desde quien hace pequeños documentales de 25 minutos sobre datos oscuros de la historia de los videojuegos, hasta quién entrevista a un experto en comunicación y periodismo dentro de un videopodcast.
¿Ves la tendencia? Se va quitando ese mistisismo y barrera en cuanto a impartir un conocimiento y el paso siguiente, si ya tienes la inquietud, es ofrecer un curso de verano o algún tipo de capacitación estructurada para tu audiencia. Para eso es útil un Learning Managment System como Kearnit, el sistema mexicano en la nube que te permite crear tus propios cursos en línea de manera parecida a Udemy o Platzi.
Si ni con el software especializado (que por cierto, tiene una versión gratis) te animas, te compartimos 5 razones para enseñar en línea cortesía de un post muchísimo más amplio del excelente ilustrador Raúl Gil:
1. Aprender para enseñar
Gil pone un caso que a todos nos ha pasado. Tal vez tenemos un interés que hoy no necesariamente es nuestra área de especialidad, pero siempre le hemos tenido el gusanito, por lo que aprender y documentarlo para luego compartir ese conocimiento puede ser la motivación perfecta.
Incluso, y esto ya lo razonamos por acá, puede ser una inversión de tiempo que posteriormente puedes monetizar. Una razón incluso buena onda para lograr esto sería el pasar el conocimiento sólo disponible en otro idioma o por canales no convencionales, a una mayor audiencia.
2. Dar un curso virtual te permite controlar tu tiempo y calendario
El desarrollar tu curso, desde la curiosidad o el ánimo de compartir un área en la que te consideres competente, no tiene que ser una situación estresante o apremiante. Estamos hablando de un cuestión de placer, así que puedes tomarte tu tiempo para preparar tus clases (Gil habla de rutinas intensas en poco tiempo o bien, constancia en dosis más bajas) y también pensar bien tu metodología y ritmo.
Así cómo hay alumnos que prefieren una hora diaria por cuatro semanas, otros piensan más en jornadas de 5 horas cada semana. ¡Analiza qué te conviene!
El dar la clase en línea y producir tu material para un consumo asíncrono te da esa flexibilidad.
3. Puedes aprender más de ti mismo, de tu profesión, de tu arte, de tu craft
¿Eres un gran pastelero? Tienes algo que enseñar.
¿Redactas de manera creativa y eres celebrado por tus colegas? Algo puedes compartir
¿Eres una experta en contabilidad? Puedes pensar un ángulo innovador para tus clases.
Una vez superado, dice Gil, el es que no tengo nada que enseñar puedes descubrir y desarrollar tus pasiones. Dar clases de -y me proyectaré- de periodismo no necesariamente es enseñar a escribir sino que puedes hablar de financiamiento, pensamiento creativo, diseño para no diseñadores, organización del tiempo, mapas mentales, y -literalmente- mil nichos del conocimiento que sólo tú puedes ofrecer.
Enseñar es volverse a conocer a uno mismo.
4. Por supuesto, sacar algo de dinero extra
Aunque no debe 5. la principal motivación, obtener una ganancia por tu experiencia y tiempo es algo muy atractivo al ofrecer clases por internet en un sistema dedicado.
Siendo optimistas, un curso -por ejemplo- que desarrolles sobre illustración es tan útil hoy, como en dos años, por lo que si sigues creciendo tu audiencia en un blog o redes sociales, el curso que ya tienes en tu catálogo puede seguir generandote dinero.
Además de todo el autodescubrimiento, y lo mágico de documentarlo, puedes sacar algunos dólares o pesos 😉
5. Conectar, hacer networking, darte a conocer más allá
Gil pone un ejemplo increíble: Conocer una audiencia más joven, que naturalmente es un público casi obvio para un curso en línea por parte de alguien con cierta experiencia, mismos que tal vez no hubieran conocido de ti por métodos convencionales.
Esto puede traerte más reconocimiento, mejores números en redes sociales y abrirte las puertas a un nuevo tipo de clientes.
¡Además de hasta nuevos amigos o colegas de confianza!
Conoce Kearnint, un LMS o Learning Managment System mexicano y con una version gratuita para llevar tus cursos en línea a otro nivel. (Y sí, es mejor que Moodle).
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