La doctora Sofía Rivera Aragón, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, dijo que hay diversos motivos por los que stalkeamos los cuales pueden ser profesionales, personales o relacionados con grupos.
Actualmente, en el ámbito laboral, las empresas piden las redes sociales del aspirante para conocer cuáles son sus preferencias, gustos, valores y afinidades, para evaluar si el perfil que solicitan coincide con la persona.
En el ámbito personal, las redes pueden usarse para espiar a la pareja, expareja, amigos, excompañeros e inclusive a exjefes, con el propósito de ser positivos o para buscar información con el fin de molestar o dañar.
La especialista en Relaciones Interpersonales destacó que stalkear de una forma recurrente y obsesiva puede convertirse en una adicción, y acotó que ésta ocurre cuando se revisa a cada hora qué hace otra persona, es decir, el stalker deja a un lado sus actividades para conocer antes las de otros. Las consecuencias conllevan afectaciones a la salud mental que en un principio se manifiestan con ansiedad y después con depresión.
Para evitar dichas afectaciones, Rivera Aragón recomendó que el stalker sea consciente de que está mal y solicite ayuda profesional para erradicar la necesidad de espiar a las personas.
Finalmente, la académica recalcó que las redes sociales han facilitado el acceso a la información pero “desafortunadamente hacen mucho daño, generan muchos problemas de infidelidades, celos, obsesiones, violencia, suicidios y homicidios, porque a través de estos medios, a veces, se comunican cosas que no son verdaderas”.
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