Los vaporizadores no son tan geniales: Se les liga con problemas de salud serios


El reciente aumento de enfermedades pulmonares agudas relacionadas con el vapeo ha profundizado las preocupaciones sobre la seguridad de los dispositivos. Los cigarrillos electrónicos estaban destinados a ayudar a los fumadores a dejar los cigarrillos tradicionales al proporcionar una forma de satisfacer una adicción a la nicotina sin las toxinas mortales que provienen de la quema del tabaco.

Pero recientemente, el vapeo entre los adolescentes explotó y un gran número de jóvenes que nunca habían fumado comenzaron a usar cigarrillos electrónicos. Ahora se ha desatado una ola de enfermedades pulmonares, se cree que algunos “químicos” están involucrados como la causa, pero no han identificado un solo “dispositivo, producto o sustancia” responsable.

Expertos médicos advirtieron al público sobre los peligros de ‘vapear’ y desalentaron el uso de los dispositivos, ya que el número de personas con una enfermedad pulmonar grave relacionada con el vapeo aumentó a más del doble, a 450 casos posibles en 33 entidades en los Estados Unidos y el número de muertes aumentó a cinco.

El 10 de septiembre se publicó en el British Medical Journal el artículo “Outbreak of pulmonary diseases linked to vaping“, donde advierten que el uso de estos cigarrillos electrónicos no es una actividad inofensiva.

Las características clínicas principales incluyen síntomas respiratorios como tos, dificultad para respirar o dolor en el pecho. Algunos casos también incluyen síntomas gastrointestinales (náuseas, vómitos o diarrea), así como síntomas constitucionales no específicos (fatiga, fiebre o pérdida de peso). Todos los casos informaron haber usado cigarrillos electrónicos antes del inicio de los síntomas.

Hasta la fecha, gran parte de la literatura sobre los efectos del vapeo en la salud se ha centrado en el riesgo relativo en comparación con fumar. Existe un fuerte consenso de que vapear es sustancialmente menos dañino que fumar, y los fumadores que cambian exclusivamente al vapeo tienen el potencial de disminuir algunos riesgos para la salud, sin embargo, hay menos consenso sobre los riesgos absolutos de vapear entre los no fumadores.

La mayoría de los cigarrillos electrónicos emiten numerosas sustancias potencialmente tóxicas, aunque se desconoce el grado en que la exposición a largo plazo a estas sustancias sea un peligro para la salud.

Como fue el caso del consumo de cigarrillos, es probable que pasen de 10 a 20 años antes de que surjan suficientes datos epidemiológicos, dado el lapso de tiempo entre el inicio del uso regular y el inicio de la enfermedad crónica.

Existen circunstancias del brote donde se sugiere que los casos recientes de enfermedad pulmonar probablemente sean resultado de dispositivos defectuosos o contaminantes en las sustancias que se vaporizan, en lugar de los efectos generales del vaporizador. Esto se debe a que en primer lugar, aunque el vapeo ha sido frecuente durante la mayor parte de la última década, esta es la primera vez que se ha asociado con un brote de enfermedad pulmonar. En segundo lugar, el brote parece estar limitado a los EE. UU., sin evidencia de casos similares en otros países donde el uso de vaporizadores es comparable, como Canadá y el Reino Unido. Si la enfermedad pulmonar aguda fuera un efecto adverso común del vapeo, esperaríamos que los casos se distribuyan más ampliamente, a lo largo del tiempo y en otras jurisdicciones.

Uno de los desafíos para evaluar el brote es la falta de claridad con respecto a los tipos de productos de vapeo utilizados por los pacientes afectados.

Esta falta de claridad subraya la extraordinaria gama de dispositivos de vapeo en el mercado, desde el cigarrillo electrónico convencional, productos fabricados por grandes empresas multinacionales, a productos fabricados por pequeñas empresas, muchos de los cuales son modificados por los usuarios para alterar el rendimiento.

Además, muchos de los pacientes informaron síntomas pulmonares después de vapear tetrahidrocannabinol (THC) o aceites de cannabis, en lugar de líquidos de nicotina. Los aceites de THC están ampliamente disponibles en los mercados de cannabis legales e ilegales en forma de ‘bolígrafos de vapor’, así como cartuchos y líquidos que se pueden usar en dispositivos de cigarrillos electrónicos, y un informe reciente sugiere la presencia de acetato de Vitamina E, que es utilizado comúnmente en suplementos alimenticios y cremas tópicas, pero podría ser peligroso si se inhala.

Estos hallazgos preliminares resaltan diferencias potenciales en la toxicidad de las sustancias cuando se inhalan en los pulmones en comparación con otras vías de administración, como la ingestión oral.

En general, el brote resalta la importancia de las normas de productos para minimizar el riesgo excesivo de vapeo debido a procesos de fabricación o contaminantes deficientes, normas que aún no se han implementado por completo en muchos países.

Aunque vapear es menos dañino que fumar y puede jugar un papel importante en la reducción de los daños del consumo de tabaco, este brote también sirve como un recordatorio de que vapear no es una actividad benigna.

Fuente: The New York Times

Artículo: “Outbreak of pulmonary diseases linked to vaping“. British Medical Journal.

Vía UNAM Global

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