Bill Gates nunca ha sido ni será reconocido como un visionario y esteta, legado que corresponde al fallecido Steve Jobs. El ex CEO de Microsoft más bien es admirado por haber sido un ejecutivo implacable en tiempos donde la computación personal era sinónimo de Windows, además de un enorme segundo acto como filántropo en compañía de su esposa Melinda.
Jobs, a diferencia de Gates, no era conocido por donaciones públicas a caridad e incluso se baraja en ciertos documentos (como la biografía de Jobs por Walter Isaacson) que no era muy entusiasta sobre dichas obras. Su viuda, Laurene Powell Jobs, ha tomado un camino diferente al emprender la Emerson Foundation -entre otras iniciativas- y apoyar el periodismo progresista al comprar The Atlantic.
De cualquier modo, había cualidades que Gates admiraba de Jobs. Leemos en Agencia ID (vía BBC):
Si bien en los últimos años Gates destacó la capacidad de liderazgo de Jobs, quien murió en 2011 por un cáncer de páncreas, nunca había confesado abiertamente cuál es el atributo que más admira de excompetidor: la habilidad de Jobs para hablar frente a la gente.
“Yo no soy un predicador. He aprendido un poco a hablar en público”, dijo Gates en una entrevista con el diario Wall Street Journal.
“He llegado a un nivel aceptable en cierto sentido”, agregó el empresario, pero al mismo tiempo reconoció que “Steve Jobs siempre fue más natural en eso”.
“Podía fascinar a las personas por completo que se encontraban en el auditorio”, agregó.
“Ojalá pudiera ser tan mágico (como él) porque tengo causas que de alguna manera son más impactantes y necesito asegurarme de que no se ignoren”.
Estas declaraciones fueron dadas en el contexto del nuevo documental en Netflix acerca de Gates.
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