GoPro tiene más años de los que te imaginas. Desde sus inicios en 2002, cuando vendían fundas y cintas para cámaras de otras marcas, hasta 2004 cuando surgió el primer modelo Hero con filme análogo de 35 milímetros. Fue hasta el 2014, con muchísimos anuncios de Facebook incluídois, que la revolucionaria Hero 3 tomó al mercado por sorpresa. Si bien es complicado afirmar que definió un estilo de fotografía y vídeo en absoluto, definitivamente volvió masivo el mercado de las action cams. Su competencia incluyó desde pesos pesados como Sony (que promocionó modelos relativamente baratos en México que luego invadieron las casas de empeño), hasta clones chinos de baja calidad.
Aunque el mercado primario de las action cams durante los primer años del segmento luego de la Hero 3 fueron los deportistas y fanáticos de la adrenalina, hubo dos usos peculiares que definieron el siguiente paso: a) el uso de la cámara por youtubers para grabarse manejando, y b) su simbiosis con los drones para lograr tomas de altura o paseos espectaculares, mismos que antes requerían grúas o hasta verdaderos helicópteros .
La marca de drones más popular, desde esos años hasta ahora, ha sido DJI con su línea Mavic, misma que prácticamente debe su éxito y adopción más allá de nichos específicos (youtubers, realizadores, oficinas catastrales) por el buen par que hace con las GoPro. Y mientras cada vez había más hambre de drones, resulta que GoPro realizó tan buen trabajo con la Hero3 que su público casual tenía poquísimas opciones para cambiar de modelo.
El hecho fue retomado por The Verge, quienes relataron el flop de la Hero4 y el terrible 2015 para GoPro, que intentó revivir por medio de software propietario de edición.
En 2019, las cosas no van bien y fue hasta la Hero7 que se mostraron suficientes innovaciones como para que valiera la pena que el gran público actualice, aunque el gusto les duró poco porque DJI lanzó una competencia directa dentro de su línea Osmo, nombre conocido para vloggers y aquellos que trabajan en coberturas en vivo para redes sociales.
Los ¿selfie stick? Osmo se caracterizan por costar casi lo mismo que un celular de gama media y ofrecer una estabilidad sin rival, con la posibilidad de usar una cámara integrada o irse por un modelo más barato que más bien hace uso de la cámara de un smartphone. Es decir, los dollies te hacen los mandados.
Ahora, en su versión action cam, la línea Osmo está poniendo a temblar a GoPro. Tan sólo checa este vídeo de The Verge:
Si prefieres ver un review latino, checa este de Hipertextual:
Ambas reseñas coinciden en que es una competencia bastante atractiva para la GoPro, con algunos detalles como el lag en la pantalla de manera ligera o la velocidad en la que se ajusta a la luz al salir del agua.
El precio es de 349 dólares, localizandose a 11,500 pesos en importación por Amazon (mayo 2019) mientras que la GoPro Hero8 Black con distribución nacional está a casi 8 mil pesos. Mientras la Osmo Action no cuente con distribución mexicana, es complicado comparar los precios, aunque la versión americana también está a 349 dólares.
Es así como la decisión es una cuestión de gustos, aunque Sony nunca estuvo así de cerca de lograr un competidor para GoPro.
Para echarle sal a la herida, basta recordar que GoPro intentó comerse el mercado de los drones con la línea Karma, pero fracasaron tan duro que han quitado sus esfuerzos en esa categoría que DJI sigue dominando.
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