Hay dos cosas que para bien o mal están penalizadas en la sociedad actual:
- Ser un tacaño: o demasiado fijado en los costos, precios y cantidades monetarias. Especialmente si se trata de compartir con los demás, si bien es grave ser demasiado austero en uno mismo.
- Ser un gastón: Gastar demasiado en cosas inútiles o bien en lujos fuera de una planeación financiera responsable.
En Vox leemos un interesante artículo sobre ser frugal: alguien consciente de su cartera pero no por eso limitado. Aunque el balance pudiera parecer contradictorio o complicado, la articulista Megan McDonough comparte los siguientes consejos:
Tener el humor y mentalidad adecuados
Hay que entender algo: no existe el momento perfecto para empezar a ahorrar más, así como nunca es conveniente irse a los extremos.
Se trata de lograr ser más conscientes por uno mismo, sin tener que ser presionado por la pareja o familiares. Por ejemplo, está el famoso ejemplo de preparar comida en casa para llevar a la oficina, en lugar de gastar comiendo fuera día con día. Aunque pueda parecer engorroso o una raya más a los días cansados de trabajo, la mentalidad adecuada es ver todos los beneficios: el total de ahorro mensual, lo que se hará con ese dinero e incluso los beneficios de salud.
Es importantísimo, tal como en nuestra guía de cambio de hábitos, que nos rodeemos de comunidades o al menos de contenidos, que compartan nuestras metas y valores. Por ejemplo, si en el camino de gastón a frugal, alguna amistad es insensible a -por ejemplo- las ganas de no tomar tanto (para ahorrar) o el caminar 10 minutos más en lugar de agarrar Uber, sería mejor evitar a dichos individuos en el proceso y si fuera imposible encontrar la comunidad en el entorno físico, nunca están de más los grupos en Facebook (hay de todo) y contenidos afines.
Llevar un registro de qué son nuestros gastos
Esto es típico pero obvio. Algunas veces no sabemos en qué se nos va la quincena, al ir demasiado a un Oxxo o comprar impulsivamente por medio de efectivo, tarjetas y en línea.
Es realmente importante anotar todo, sin importar el método. Mientras algunos usan su Bullet Journal o algún registro físico, otros usan apps especializadas, tablas de Excel o incluso mensajes de WhatsApp o Telegram para tener el récord.
Ser más selectivo
Esto es muy simple: si tienes ya tres pares de tenis, y otros tantos casuales o formales, ¿en verdad necesitas gastar o limitar tu presupuesto en otros tenis?
Igual con las salidas, no vale la pena gastar lo que no se tiene por presión social, si bien es necesario el despeje para la salud mental, se puede aprovechar mejor el dinero al tener en mente las cuentas individuales sin dejar de divertirse.
Ser honesto con nuestros seres queridos
Eso va desde la pareja, hasta la familia extendida. No son pocos los que se endeudan por presión social ante una vacación familiar colectiva, o bien, quienes van a comer a un restaurant que los descapitaliza sólo por no incomodar a otro ser amado.
Si se está en un proceso para reencontrarse con el dinero y su signficado, es necesario explicar alguna versión de lo que se vive con el proceso a ser frugal. Nadie entiende si no hay explicaciones.
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