Tres condicionantes
Así de sencillo: ni complejas fórmulas matemáticas ni rutinas preestablecidas. Experiencia pura y dura. Según los expertos, de eso se trata cuando de fijar horarios hablamos. “Es necesario meter en una coctelera los tres elementos claves –actividad, clientes y empleados- y batir bien hasta encontrar la respuesta que mejor equilibre todos los aspectos”, señala Antonio Reyero, director general de la consultora Actúa. Veamos estos tres elementos: Actividad. Reyero aconseja analizar las costumbres de tu sector y de tu público. “No es lo mismo vender artículos de consumo diario que productos de compras esporádicas, ni es lo mismo ofrecer servicios técnicos que requieren una presencia física en el despacho propio o del cliente, que servicios de consultoría que se pueden realizar a distancia o en horarios más extensivos”.
El cliente. Es muy posible que no se comporte de la misma manera durante todos los días de la semana ni durante cada una de las jornadas. En función de cómo sea su demanda, se puede organizar el horario de nuestro negocio. Es un poco aplicar la fórmula de Asunción Alonso: si a unas horas tengo el establecimiento vacío y, sin embargo, fuera de lo que puedo considerar el horario habitual se llena, nuestro consejo es que retrases el horario de apertura y el de cierre para así adaptarte mejor a tu público. O, al revés, a lo mejor te interesa abrir antes de las 9.00 para captar a toda esa clientela que entra a esa hora en la oficina. En palabras del director de Actúa, “cuantas más oportunidades des a tus clientes, más prosperidad le proporcionas a tu empresa y, por extensión, a todos los que trabajan en ella”.
Empleados. “Si el trabajador no está a gusto con su horario, acaba sintiendo malestar y llega el absentismo. Está demostrado que un horario más racional reduce en un 30% el absentismo”, recuerda Nuria Chinchilla. Ignacio Buqueras, presidente de la Comisión Nacional para Horarios Racionales, lo resume con una máxima: “En España tenemos una cultura de presencia más que de eficiencia y lo que tenemos es que ser eficientes en el tiempo que estemos en la empresa”. También es necesario tener en cuenta la responsabilidad de cada empleado dentro de la organización, porque no es lo mismo un alto directivo, que quizás tenga que ofrecer una mayor disponibilidad, que un administrativo.
Fuente:
http://www.emprendedores.es/
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