Muchos empresarios, con tal de ahorrar dinero, contratan el servicio de «Hosting» para su página basándose en el costo más que en el prestigio y solidez de la empresa. Obviamente, contratan el más económico. El problema es que la decisión puede resultar desastrosa.
Este error también lo comenten muchas empresas físicas que desean incursionar en el mercado basado en Internet. Como no están muy seguras de qué resultados puede darles tener una página web, no quieren invertir mucho y acaban casándose con un servicio de Hosting barato.
A mí me pasó hace tiempo, cuando fui becario en una empresa editorial. Contratamos a una persona que nos diseñaría una página y nos daría el Hosting. Todavía no estaba completamente funcional la página cuando nos informó que estaba saliéndose del negocio, así que nos quedamos como novias de rancho: vestidas y alborotadas.
Si realmente queremos incursionar en el comercio electrónico, debemos estar dispuestos a pagar la cuota de admisión, especialmente si nuestro negocio será electrónico exclusivamente.
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