Un egresado del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, de la Universidad de Guadalajara, creó placas o láminas de novedoso material hecho de plástico reciclado. La llamada “madera plástica” es utilizada para construcción de casas con beneficios económicos, ecológicos y de vida útil, pero además resiste sismos.
“Con un temblor, los materiales rígidos tienden a quebrarse, aunque la construcción tenga buenos castillos y estructura. En cambio, las de plástico absorben los movimientos telúricos, al ser flexible el material”, aclaró el ingeniero en ciencia de materiales, Ramón Martín Espinosa Solís, director de la empresa Ecoplástico que fabrica y comercializa el material.
Para la creación de las placas, el plástico de desecho es clasificado según sus características y tipo en polietileno de alta y baja densidad, además de polipropilenos. Posteriormente es molido para obtener hojuelas y se hacen diferentes mezclas de acuerdo con la rigidez o flexibilidad que se quiera lograr, así como sus aplicaciones.
La mezcla se hace por medios mecánicos, sin usar agua. Luego, el material se coloca en charolas de acero al carbón y se hornea a 220 grados centígrados. Para una placa promedio de 10 milímetros de ancho, dura una hora, y se incrementa el tiempo hasta durar un promedio de dos horas, en el caso de una placa de 38 milímetros.
El material reacciona y se plastifica como si fuera plastilina, sin cambiar su estado sólido. Después es sometida a un proceso de enfriamiento y, al mismo tiempo, es presionada para darle una consistencia sólida, rígida y resistente a cualquier impacto.
Para una casa convencional son utilizadas placas de 1.20 metros de ancho por 2.40 de alto, con grosores de 10 a 13 milímetros, que son aprovechadas para los muros. El material, al abarcar menos espacio que otros convencionales, es ideal para un mayor aprovechamiento de espacios reducidos.
Una casa fabricada con madera plástica no cuenta aire acondicionado, y la diferencia de la temperatura con el exterior es de alrededor de seis grados centígrados. “Esto se debe a los materiales aislantes que provocan una transmisión de calor lenta. Además, el diseño arquitectónico bioclimático permite una ventilación cruzada, por lo que es erradicado el calor que logra transmitir el material desde el exterior hacia el interior”, describió el ingeniero Espinosa Solís.
“Esta cabaña nunca tendrá humedad, ni la necesidad de darle mantenimiento a la placa plástica, la cual tiene un periodo de degradación superior a los 100 años, cuando una construcción convencional tiene un periodo de vida útil de 50 a 70 años”.
Una casa hecha con madera plástica puede costar hasta 30 por ciento menos que una fabricada con material convencional. No obstante, si este tipo de construcciones son equipadas para captar energía solar, a fin de reducir el consumo de gas y energía eléctrica, el precio podría bajar 10 por ciento adicional, y si hay algún convenio con alguna institución educativa o universidad para la recolección de plástico, el costo podría decrecer hasta 50 por ciento.
En cuanto al tiempo de construcción, una vivienda de 50 metros cuadrados puede ser concluida en un lapso de cuatro semanas, y una hecha con materiales convencionales en tres o cuatro meses.
Los beneficios económicos, ecológicos y de vida útil no están peleados con la estética. Las placas plásticas son materiales que pueden ser combinados con otros como mármol, madera y granito, generando espacios agradables a la vista.
(Con información de Agencia ID)
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