10 tecnologías emergentes


El pasado 2 de junio se celebró en nuestra sede social de Madrid el evento Digital Day, con el lema “Live the digital power”. El objetivo: conocer nuevas tendencias digitales.

Como afirmó durante el evento Javier Uriarte, Director General de Comercialización de Endesa, estamos viviendo una situación profunda de cambios en la sociedad y también en muchos sectores, como el energético. Y esos cambios forman parte de una transformación digital. El cliente, que es el motor de este cambio, asume con rapidez las nuevas tecnologías, y su relación con las empresas es cada vez más horizontal; además, evalúa constantemente el producto consumido y tiene una capacidad de decisión mucho mayor.

Es cierto que hay otros factores que también están impulsando la transformación digital, como, por ejemplo, la información que procesamos a diario (ingentes cantidades de datos que han recibido el nombre de Big Data), la llamada innovación abierta o la economía colaborativa, pero la visión empresarial se orienta sobre todo hacia la calidad de vida del cliente final. Y ahí entran en juego las nuevas tecnologías, diseñadas en gran parte para mejorar nuestro bienestar.

Tecnologías basadas en bits, átomos y células

Una de las charlas de Digital Day corrió a cargo de Pedro Moneo, fundador y CEO de Opinno. Esta consultora es la responsable de las publicaciones del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), y cada año sacan a la luz un reportaje sobre diez tecnologías emergentes.

Cuando alguien se enfrenta al cambio es porque hay un reto, un desafío.

Según explicó Moneo, estamos viviendo en una época en la que los grandes avances tecnológicos van más rápido que nunca. Y el tiempo entre sucesos de este tipo se acorta cada vez más de manera muy acentuada. Por eso, durante las próximas décadas viviremos grandes avances tecnológicos en diversos sectores. Eso sí, todos girarán en torno a tres elementos: bits (robots capaces de aprender, coches que se conducen solos…), átomos (cargadores invisibles, paneles solares…) y células (edición genética, aplicaciones para conocer el ADN…).

A continuación, os contamos una a una las diez tecnologías emergentes de 2016 para el MIT.

Interfaces conversacionales

Todos enviamos mensajes a través de los teclados de nuestros dispositivos inteligentes de manera sencilla (aunque a veces las teclas nos puedan jugar alguna mala pasada). Pero pensemos durante un momento en países como China, donde sus habitantes manejan caracteres muy complicados de gestionar por un teclado normal. Por este motivo, cada vez cobra más fuerza la idea de diseñar interfaces que funcionen con la voz, un tipo de comunicación eficiente y rápida.

La empresa china Baidu está apostando fuerte por este tipo de tecnología, precisamente por los problemas que conlleva utilizar un teclado cuando la escritura de un idioma resulta tan compleja. Baidu está desarrollando un sistema de reconocimiento de voz realmente potente y revolucionario. Su expansión global podría derivar en el uso de una tecnología que no se ve ni se nota, pero que está a nuestro alcance siempre, a nuestro alrededor. Una tecnología que nos permitiría interactuar con las máquinas que utilizamos de manera cotidiana solo mediante la voz, usando un lenguaje natural.

 

 

Robots que aprenden

La existencia de una red de robots que compongan una Inteligencia colectiva podría sonarnos a ciencia ficción, pero es probable que para comienzos de la próxima década se trate de toda una realidad. Los avances en robótica apuntan a la creación de robots a los que se les puedan enseñar tareas, y que después puedan compartir sus conocimientos con otros robots gracias a la nube. Estas máquinas, que no necesitarán ningún tipo de programación, porque serán capaces de aprender por ellas mismas, nos ayudarían a realizar muchas tareas cotidianas.

Autopilot de Tesla

Era inevitable que el nombre de Elon Musk apareciera (y no una, sino tres veces) en un post sobre tecnologías innovadoras. Este genio moderno revolucionó hace unos años el sector de los vehículos eléctricos gracias a su empresa Tesla Motors. Ahora su próximo objetivo es el denominado Autopilot (Tesla 7.0), un coche que funciona de manera autónoma. Es decir, que es capaz de controlar su propia velocidad, su trayectoria o “autoaparcarse”. El hardware necesario para esta tecnología ya está desarrollado, y, según Musk, será viable técnicamente en menos de dos años.

Otras empresas trabajan actualmente en este tipo de coches, como General Motors, Google, Nissan, Mercedes, Toyota o Volvo. Sin duda, el futuro de la automoción estará repleto de vehículos capaces de conducirse sin ayuda humana.

Slack

Slack es un asistente de trabajo creado a mediados de 2013, que ha conseguido transformar la manera de comunicarse internamente en las empresas (en menos de tres años, ha superado los dos millones de usuarios diarios). Este software está acabando con la hegemonía del correo electrónico: orientado hacia las nuevas tendencias digitales, es sencillo de usar e integra las herramientas de trabajo propias de cada compañía. Dispone de salas de chat, mensajería instantánea, y se puede usar desde cualquier dispositivo, además de permitir manipular cualquier tipo  de documento.

Slack es, sin duda, el software de entorno profesional que marcará las pautas de futuro en la comunicación interna en las empresas.

Energía en el aire

Seguramente a todos nos ha pasado alguna vez que la batería de nuestro smartphone se haya gastado en el momento más inoportuno. Sin embargo, gracias a una nueva tecnología que se está desarrollando en EE. UU., ese problema podría desaparecer para siempre. La idea consiste en diseñar dispositivos inalámbricos que se alimenten mediante las ondas cercanas que se encuentran en el aire, ya sean de radio, televisión o Wi-Fi. Y no solo eso: este sistema les permitiría también comunicarse entre ellos.

Podemos conseguir que la comunicación sea gratis. – Shyamnath Gollakota, investigador.

Se prevé que está tecnología esté presente en nuestras vidas de dos a tres años. Hay diferentes instituciones trabajando en ello, como la universidad de Washington, y empresas privadas, como Texas Instruments.

La gigafábrica de SolarCity

Otra de las empresas de Elon Musk, SolarCity, está construyendo actualmente una gigafábrica de paneles solares inmensa (ocupa un total de 270.000 m2), la cual será capaz, a partir de 2017, de producir 10.000 paneles solares al día. Sus objetivos: poder competir a gran escala con los combustibles fósiles, y ofrecer a los ciudadanos tecnologías solares eficientes, modernas y baratas.

La fábrica de Musk podría extender por EE. UU. el uso habitual de la energía solar, lo que reduciría notablemente las emisiones contaminantes a la atmósfera.

Cohetes reutilizables

Uno de los problemas existentes en el ámbito de la exploración espacial es el elevado coste de los cohetes espaciales. Por eso, uno de los objetivos de la empresa SpaceX (creada por Elon Musk, un apasionado del espacio exterior), es el diseño de cohetes reutilizables, capaces de aterrizar de nuevo en la Tierra para repostar y continuar realizando más misiones.

Hasta ahora, SpaceX ha fabricado tres modelos que han sido todo un éxito: la cápsula Dragon, que en 2012 realizó con su primera misión de transporte, y los cohetes Falcon 1 y Falcon 9. Gracias a este tipo de vehículos, los vuelos espaciales podrán abaratar sus costes y se realizarán avances en otros campos relacionados con la investigación del universo.

Ingeniería del sistema inmune

Últimamente se están desarrollando tecnologías muy interesantes que utilizan linfocitos T (también conocidos como células T), responsables de coordinar la respuesta inmunitaria del cuerpo ante cualquier amenaza. Conocidas también como “células asesinas”, las T detectan elementos extraños en el cuerpo humano y los destruyen. La idea con la que se trabaja actualmente,  y que veremos desarrollada de uno a dos años, es programar estas células como si fueran diminutos robots para acabar de manera controlada con dolencias muy graves.

Este tipo de tecnología, basada en la modificación genética, podría causar un impacto enorme en enfermedades raras y autoinmunes, como el SIDA, el cáncer o la esclerosis múltiple.

Edición genética vegetal

Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta actualmente el ser humano es la superpoblación. Se prevé que para 2050 se alcance la cifra récord de 10.000 millones de personas habitando el planeta, y la pregunta más preocupante es: ¿cómo podremos alimentarnos?

La solución podría estar en la edición de los genes vegetales, sin usar genes externos y de una manera barata. De ahí la importancia de la tecnología conocida como CRISPR (clustered regularly interspaced short palindromic repeats, o, en español, “repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente interespaciadas”). Este sistema se está utilizando desde 2013 para modificar los genes de las plantas con el fin de hacerlos resistentes a desastres naturales como epidemias o sequías. Se prevé que durante la próxima década podremos conocer de primera mano todo el potencial de esta tecnología.

Apps para el ADN

El ácido desoxirribonucleico, popularmente conocido como ADN, contiene las instrucciones genéticas utilizadas en el desarrollo y funcionamiento de todos los seres vivos. Su lectura, además de definir quiénes somos, es capaz de aportarnos datos muy importantes, como las probabilidades que tenemos de contraer ciertas enfermedades o de que nuestros descendientes las padezcan.

Por eso, tras el abaratamiento de los costes de la secuenciación del ADN, muchas empresas trabajan ya en hacerlo accesible al ciudadano de a pie, y se habla ya de futuras apps de pago que nos permitan conocer nuestra secuencia genética. Aplicaciones como la que está desarrollando la empresa norteamericana Helix.

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