Desgravación fiscal
A menos que sueñes con un escritorio Chippendale de caoba maciza, en los pequeños comercios del sector del mueble, los outlets y las cadenas especializadas encontrarás productos de calidad muy razonable a precios muy competitivos y con diseños para todos los gustos. Además, si dedicas parte de tu vivienda como despacho profesional y lo comunicas oficialmente a Hacienda (modelos 036 y 037), posiblemente puedas desgravarte del IVA y el IRPF los gastos afectos a la actividad económica, en diferentes condiciones, según tipo de gasto, actividad, régimen de tributación o porcentaje de la vivienda dedicado a este uso.
Acondiciona el espacio
El primer paso es elegir el lugar que destinarás a oficina, “un espacio donde crear una atmósfera adecuada que contribuya a potenciar la concentración”, recomienda la interiorista Sonia Escribano, del estudio Vesta Proyectos. Lo ideal es una habitación dedicada al trabajo, que debe ser:
Segura. Ten en cuenta todas los consejos de seguridad para el teletrabajo. El Instituto de Salud e Higiene en el Trabajo (INSHT) recomienda “elegir mobiliario ergonómico”, dejar zonas de paso amplias y no sobrecargar los enchufes.
Aislable. Según el INSHT, debería tener “pestillo o llave, para controlar situaciones que puedan interrumpir el trabajo y proteger la tarea que se realiza”.
Tranquila. Procura que esté “lo más apartada posible de zonas ruidosas como el salón”, aconseja Sonia Escribano. El nivel sonoro continuo debe ser lo más bajo posible y no superar los 55 dBA.
De cubículo a zona personal
“Debemos crear zonas de trabajo funcionales y personalizarlas, teniendo en cuenta la actividad a la que nos dediquemos y nuestro estilo personal, para que inviten a su uso y nos hagan sentir parte de ellas”, señala Sonia Escribano. Para conseguirlo, “buscaremos inspiración, bien centrándonos en un estilo decorativo concreto o ambientando la zona en base a nuestras aficiones o profesión.” Estas son algunas de sus sugerencias:
- Colores. “Propongo apostar por tonalidades neutras y suaves como base: crean espacios ligeros, serenos y que visualmente no recargan ni cansan la vista. Permiten introducir ciertas pinceladas de color que generen calidez y movimiento, sensaciones muy agradables a la hora de rendir y mejorar la actividad. Los contrastes excesivos transmiten nerviosismo y ausencia de atención”, explica esta interiorista.
- Distribución. “Una buena distribución y organización requieren una correcta planificación. Sé práctico y apuesta solo por lo necesario”, recomienda. “Siempre que sea posible, la mesa debe estar colocada junto a la ventana, pero no delante, sino perpendicular a ella, para que la luz no incida directamente”.
- En orden. Recuerda que “el orden ayuda mucho a sentirse cómodo”: una habitación con suficiente espacio para moverse y donde el material sea fácilmente localizable.
- Fuente:
http://www.emprendedores.es/
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