Si eres nuevo en el “mundo Linux”, este artículo te va a dar algunas ideas básicas sobre por qué deberías darle una oportunidad.
Es más seguro
Esta es -y espero que siempre sea- una de las principales razones para usar Linux. Una vez que “des el salto”, atrás habrán quedado los temores sobre spyware, adware, troyanos, gusanos y virus. No sólo prácticamente no hay malware disponible para Linux sino que el sistema operativo es mucho más seguro que Windows. Linux cuenta, desde ya, con características propias que hacen al sistema más seguro pero además impone, tanto a los usuarios como a los programas, conductas y condiciones de uso más sanas, lo que contribuye aún más a la seguridad.
Es más rápido
Linux puede ser tan lento o tan rápido como quieras, dependiendo de la distribución que utilices, el entorno de escritorio elegido, etc. Sin embargo, existen algunos factores estructurales que hacen de Linux un sistema mucho más ligero que Windows. Por ejemplo, la falta de necesidad de utilizar un antivirus o antispyware en forma residente, el sistema centralizado de actualizaciones que evita que cada aplicación (léase, Flash, Adobe Reader, Java y demás) corra sus propias herramientas de actualización en forma separada -con el consecuente desperdicio de recursos-, el prácticamente nulo nivel de fragmentación de los discos que utilicen el sistema de archivos ext4 (utilizado por defecto en casi todas las distribuciones Linux), el almacenamiento de la configuración de los programas en archivos y no en un Registro único, etc.
Es más estable
La estabilidad de Linux varía de distribución en distribución. Así, por ejemplo, Debian es mucho más estable que Arch Linux (que pone el acento en la actualización permanente y la utilización de los últimos programas disponibles). Sin embargo, en términos generales es posible afirmar sin temor a equivocarse que Linux es mucho más estable que Windows. Simplemente no se cuelga tanto como lo hace Windows, especialmente cuando se enfrenta a una gran carga de trabajo. Esto no quiere decir que los programas individuales no tengan cuelgues, pero es muy raro que no haya alguna alternativa a presionar el botón de reinicio, gracias al increíble manejo de procesos que tiene Linux. Siempre se puede reiniciar el entorno de escritorio (Ctrl + Alt + Backspace) o descansar en uno de los tty (Ctrl + Alt + F1 a F7) para resolver el problema en cuestión sin tener que reiniciar la máquina. En el peor de los casos, es posible reiniciar el sistema en forma segura.
Es portable
Linux se puede ejecutar desde un disco rígido, una unidad USB o un CD/DVD. Esto significa que incluso si el sistema operativo instalado ha dejado de funcionar es posible utilizar Linux para recuperar tus preciados archivos (“my precious”). Además, es posible contar con un sistema operativo seguro en la palma de tu mano, lo que te permitirá utilizar una computadora sin dejar rastros. ¿Ansioso por probarlo en el cyber-café o en la máquina del hotel?
Es un resucitador de máquinas
Si tu computadora ya tiene canas y arrugas, o si sos el dueño de una notebook o netbook que no está pasando por su mejor momento, Linux te va a permitir sacarle el polvo poniendo al alcance de tu mano un sistema operativo moderno, ultra-veloz y adaptado a tus necesidades. No contribuyas a la generación de basura informática. La vieja compu que tanto amaste se puede “resucitar”. ¡Incluso hasta hay mini-distribuciones para computadoras con menos de 50 MB de RAM!
Es gratis
Si bien no todas las distribuciones Linux son gratuitas, la gran mayoría lo son. ¿Acaso seguís pagando una fortuna para obtener Windows un software defectuoso y sin soporte? En Linux no sólo el sistema es gratuito sino también la mayor parte de los programas disponibles. No hace falta seguir descargando software en forma ilegal desde sitios web peligrosos cuando se puede conseguir una alternativa gratuita perfectamente funcional: Linux.
Es software libre
Linux no sólo es gratuito, sino también software libre. Esto significa que una vez obtenido puede ser usado, copiado, estudiado, modificado, y redistribuido libremente. ¡Es por esa razón que hay tantas distribuciones de Linux! Esto también es válido para la enorme mayoría de los programas disponibles para Linux e incluso para los formatos de archivo soportados. La diferencia puede parecer mínima o incluso aburrida pero es fundamental: te hace entender que el negocio del software está puesto “patas para arriba”. Cuando comprás un software privativo en realidad estás firmando un cheque en blanco (porque ni vos ni nadie tiene acceso al código fuente de ese programa y, por lo tanto, nadie sabe realmente qué hace ese programa). Además, no podés hacer nada con él, salvo utilizarlo (y eso, bajo ciertas condiciones), a diferencia de lo que sucede con un auto que cuando lo comprás podés “tunearlo” como quieras o pagarle a alguien para que lo haga, revenderlo, etc.
Es la mejor forma de aprender computación
Aprender realmente cómo funciona una computadora y no sólo memorizar los pasos para conseguir lo que uno busca no es una tarea fácil pero puede ser muy divertida. Así, conseguir un cierto nivel de proficiencia en la utilización de la línea de comandos te ayudará a aprender los fundamentos de cualquier sistema operativo moderno. Por otra parte, la enorme biblioteca de software libre que se encuentra disponible en Linux-cuyo código fuente se puede descargar, explorar y modificar- puede servir de base para experimentar y aprender cómo escribir tus propios programas.
Se puede personalizar hasta el cansancio
Linux se trata de elecciones. No sólo es posible instalar nuevos programas o personalizar el escritorio sino que incluso es posible reemplazar en forma completa el entorno de escritorio o incluso hasta el propio kernel, en caso de que precises uno optimizado para la edición de audio/video, por ejemplo.
Esto permite conseguir escritorios de una belleza y de una simpleza imposibles de alcanzar en Windows e incluso en Mac.
¿Eres usuario Linux? Cuéntanos tu experiencia
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