La revolución del transporte de última milla, sumada al auge de la movilidad no motorizada, ha provocado iniciativas que hasta hace unos años hubieran sido excentricidades. Por ejemplo, la proliferación de servicios de bicicletas y scooters eléctricos sin anclaje al más puro estilo Silicon Valley: sin permiso, de manera rápida y viendo la regulación como el último punto.
La CDMX no fue la excepción, siendo que los últimos dos años fue inundada de startups como Lime, Grin, Bird y Mobike, dejando las calles con sus vehículos (bicis y scooters) disponibles para ser desbloqueados con una app. Esto no hizo gracia a las autoridades locales, quienes nunca imaginaron esta situación que tampoco podía ser regulada dado lo novedoso de estas tecnologías (mismo caso de Uber), lo que sólo podía solucionarse con nueva regulación.
Aquí llegan los problemas. Nueva regulación significaba limitar el número de unidades, tener un total para todas las marcas participantes y [lo más importante] pedir un impuesto (ellos lo llaman contraprestación) para cada vehículo.
Es así como Mobike decidió no pagar y simplemente dejar la CDMX por al menos un año (2019 – 2020) siendo que el anterior sí operó. Por otro lado, Grin scooters había cumplido con todos los requisitos pero decidió «hacer una pausa temporal» por el robo de vehículos.
De manera anécdotica, en Twitter se está contando el destino de los scooters de Grin: ser recogidos por personas con el suficiente conocimiento para su desbloqueo, para posteriormente ser vendidos en mercado gris o por Facebook Marketplace.
Definitivamente el sistema de confianza que marcas como Grin y Lime llevan en otras ciudades, fue roto en la CDMX.
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Trasciende que también Lime (que opera scooters y bicicletas) se irá de la CDMX, mientras que los scooters de Grin abandonaran tierras chilangas a pesar de tener sus permisos en regla debido a que la operación no sale por algo peculiar de la capital mexicana: la gente se roba los vehículos, rompen los candados físicos y virtuales, y les dan uso personal. O en corto: por la inseguridad.
¿Qué pasa con las bicicletas compartidas y sin anclaje en la CDMX? Resulta que otras dos startups (Jump y Dezba) siguen operando, con su respectiva contraprestación, pero en el tema de scooters se queda desierto el mercado con la salida de Grin. A pesar de eso, se hará una nueva subasta de permisos en el caso de scooters al no tener pago alguno de Lime y con la retirada (“breve”, según comunicado) de Grin. Es decir, un concurso extraordinario.
EL DATO
La mayoría de los scooters eléctricos son marca Xiaomi y no están pensados para uso rudo o profesional, por lo que son desechados a los pocos meses.
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