Boston Dynamics es una compañía, que cuenta con inversión de Google, que hoy en día se dedica a producir y desarrollar robots en el sentido más convencional de la palabra: suelen ser máquinas con formas humanoídes o inspiradas en animales, con una espeluznante naturalidad. Por más que sean bichos programados y controlados por sus creadores humanos, no deja de dar miedo ver a un robot caminando con dos ¿piernas?, u otro androide con cuatro patas como si fuera perro.
Por ejemplo:
Si de por sí ya da pesadillas ver a estos bípedos y perros de metal, la estética de Boston Dynamics cobra otra dimensión en la acertadísima parodia de Bosstown Dynamics, donde el maltrato a modelos como los mencionados nos hace sentir una incomoda sensación:
#LJAHumor Así comenzó la revolución de las máquinas ???
Posted by LJA.MX on Saturday, June 15, 2019
El vídeo, como dicen por Twitter, es mejor que la última temporada de Black Mirror en ser una crítica social completa al futuro. 1) Porque es una parodia que se fija en el mínimo detalle, como el deprimente parque industrial donde Boston Dynamics graba sus aterradores vídeos. 2) Porque bastantes personas creyeron que se trataba de uno más, donde ahora maltratan robots.
Y si te preguntas porqué le decimos maltrato a una acción que en teoría es como pegarle a una videocasetera, retomamos este párrafo de La Nación:
Los investigadores relacionaron estas reacciones con la denominada «ecuación de los medios», una teoría que defiende que los humanos suelen tratar ciertos medios infomatizados como si fueran humanos. Y, para colmo, cada vez parecen más humanos. Las voces femeninas de la práctica totalidad de asistentes de voz en el mercado, además de generar ciertas controversias, implican que asociemos estereotipos de género a un conjunto de algoritmos. Si un bot suena amable cuando interactúa con nosotros, actuaremos de forma recíproca. Incluso aceptamos órdenes de una máquina si se nos presenta como una figura de autoridad.
Si quieres conocer más del tema te recomendamos leer el artículo completo, que incluye datos interesantes como que (de una manera menos extrema), en Boston sí están realizando pruebas de estrés sobre sus máquinas.
Perdónanos, TARS.
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