Los éxitos no son casualidades ni momentos de suerte, sino resultados del esfuerzo, sacrificio y perseverancia de alcanzar un sueño en la vida.
No es cuestión de destino, porque de ser así no estaríamos siendo responsables de las acciones que uno provoca para hacer que las cosas sucedan. Cuando soñamos algo y la transformamos en meta, vemos qué medidas vamos a tomar para conseguirla, y si nos esforzamos y trabajamos en los medios para lograrlo es cuando lo hacemos realidad.
Cualquiera que sea ese sueño, no pienses en lo imposible, más bien trabaja por ello y confía en el gran respaldo de que Dios está de tu lado. Recuerda Dios es el principal interesado en que te vaya bien en todas las áreas de tu vida. Por ello, si pides a Dios tener un mejor matrimonio, te ayude a ser mejor esposa, mejor mamá, administradora, mejor trabajadora, prosperar en la empresa, definitivamente Dios te respalda. Pero depende de ti esforzarte y perseverar para hacer que suceda. ¿Cómo? Siguiendo los siguientes pasos:
1) Visualiza una meta
Piensa en ese sueño, ese anhelo, ese cambio significativo en tu vida que quieres alcanzar y enfócalo como meta. Por ejemplo, quieres mejorar tu relación matrimonial, ser una especialista en tu profesión, cuidar tu salud física, pasar más tiempo con tu familia, tener una mejor relación madre e hija(o), incrementar tus ingresos.
Cualquiera que sea tu deseo ponlo como meta, y entre más específica mejor porque así tendrás manera de medir los avances y resultados en el tiempo que te propongas. En cuanto a la revisión de avances lo puedes medir de manera semanal, quincenal, mensual depende ti cómo quieres medirlo, lo importante es que lo revises.
2) Actívate
Una vez que ya tienes la meta, el segundo paso es ver los medios para conseguir llegar a ello. Si te has visualizado en una mejor relación matrimonial entonces busca la manera de invertir más tiempo con tu esposo, apoyarte en libros de autoayuda sobre cómo ser una mejor esposa o sobre el matrimonio, asesoría para matrimonio y poner un plan de acción de las recomendaciones que encuentres.
Si tu meta es incrementar los ingresos, entonces encuentra los medios para hacer algo productivo desde casa, tal vez eres buena horneando pasteles, en las manualidades u otras habilidades que puedes aprovechar para comercializar. Otra alternativa es aplicar técnicas de mejora en la administración de tus finanzas.
Si deseas cuidar tu salud física, deberás tener “N” números de actividad física a la semana acompañado de una buena alimentación.
Si es pasar más tiempo con tu familia, sería buscar la manera de estar más tiempo en casa, con tus hijos, esposo. Esto por mencionar algunos ejemplos. La cuestión aquí es ver el cómo, después de que ya sabes el qué, hay que trabajar por ello con perseverancia.
3) No te limites
Independientemente de tu pasado o tu situación actual, puedes hacer realidad tu sueño. Alguna vez escuché “No importa lo que fui, si no lo que quiero ser”. Volviendo al ejemplo del matrimonio, si no has experimentado una buena relación con tu esposo, no significa que ya no se podrá. Costará más trabajo, pero busca los medios necesarios para trabajar en lo que puede llevarte a disfrutar una buena relación matrimonial.
Como lo mencioné, tal vez buscar asesoría matrimonial, cambiar actitudes, hábitos para mejorar u otro ejemplo es que si no tuviste la oportunidad o perdiste la oportunidad de estudiar, puedes empezar ahora. Hay quienes se integran a una escuela universitaria después de los 30, 40, 50 años. Como dicen nunca es tarde para empezar. Esta vida es muy corta y tú decides cómo vivir lo que viene.
Para concluir este tercer y último punto quiero decirte que dejar el pasado atrás, y poner la mira hacia delante, combate la indecisión y da mejor lugar a tu rendimiento, así que saca provecho a todo el potencial que tienes haciendo que las cosas sucedan.
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