1. Haz una lista y pégala
No tiene sentido hacer una lista para que termine debajo de tus correos al final del día. Pégala en un lugar visible que puedas revisar constantemente, como al prender tu computadora o al contestar el teléfono. Al mantenerla en tu campo de visión también podrás mantenerla en mente.
2. Cierra la puerta
Aunque esto parece ser lo opuesto a una buena práctica de administración, ¿acaso no se supone que estás disponible para tus empleados cuando tengan un problema? Bueno, si no te enfocas en tu negocio, definitivamente tendrán un problema: encontrar otro trabajo. Como emprendedor, tu empresa debe ir primero y tus empleados en segundo. Y tal vez si no te pueden abordar siempre, acaben resolviendo los problemas por ellos mismos.
3. Párate cuando alguien entre a tu oficina
Esto significa que tu visita no podrá sentarse y muchas personas se cansan estando paradas, por lo que comúnmente saldrán más rápido en cuanto termine la conversación. Si alguien alarga mucho la plática, aun estando parado, sal de tu escritorio y acompáñalos a la puerta. Después excúsate y regresa a tu oficina.
4. Limita los distractores externos
¿Qué tan seguido revisas tu email, Facebook y celular?, ¿tomas tus propias llamadas o dejas esta labor a un asistente?, ¿los proveedores potenciales pueden tener acceso directo a tu oficina? Cualquiera de estas situaciones te desconcentran del negocio. Haz horarios para atender a tareas específicas y así tener tiempo ininterrumpido para hacer tu trabajo.
5. No dejes nada para mañana
Dejar algo importante para después puede ser algo más referente a las emociones que a las distracciones. ¿Tienes miedo de no tener las habilidades para lograr eso para tu negocio?, ¿sientes que no cuentas con la información suficiente para hacerlo bien?, ¿estás nervioso por el siguiente paso que debes dar en tu proyecto?
Tómate el tiempo para sentarte con un lápiz y un papel para identificar las razones por las que no estás atendiendo ese problema y define cómo solucionarlo.
6. Un paso a la vez
Aunque éste es un consejo opuesto al anterior, es muy útil cuando tienes un día pesado de ésos en los que parece que no te alcanza el tiempo para lograr los proyectos. Si inicias de una vez, puedes conseguir más de lo que piensas con tan sólo 15 ó 20 minutos extra que le dediques. No esperes a tener grandes bloques de tiempo para atenderlos, o nunca los terminarás.
7. Despeja tu escritorio
Si estás listo para introducirte en un proyecto largo, limpia tu área de trabajo de otros pequeños pendientes. Es muy fácil perder la concentración en algo que tomará “sólo unos minutos” y que te harán detenerte en tu gran tarea para realizar las más pequeñas. No dejes que las distracciones visuales gasten parte de tu tiempo concentrado.
8. Sólo hazlo
Cierra la puerta, apaga el teléfono, despeja tu escritorio y ponte a trabajar. Pon un letrero afuera de tu oficina con algo escrito como: “si no está sangrando, quemándose o renunciando, dímelo mañana”.
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